domingo, 21 de abril de 2024

CASA-PALACIO DE LOS CLEMENTE DE ARÓSTEGUI.

Alfonso Clemente de Aróstegui y Cañavate  natural de Villanueva de la Jara, Cuenca ( Villanueva de la Jara 5 de marzo de 1698-Madrid, 2 de octubre de 1774). Eclesiástico, jurista, escritor y diplomático español, que quedó ligado definitivamente a Cuenca tras la donación de su biblioteca al Seminario de San Julián.
Fue un relevante eclesiástico ilustrado nacido el 5 de marzo de 1698 en la localidad conquense de Villanueva de la Jara, integrante de una destacada familia de hidalgos hacendados de la que varios de sus vástagos ascenderían durante el siglo XVIII hasta elevados puestos en la administración del Estado y la Iglesia. Tuvo una dilatada carrera en el ámbito de la administración borbónica durante la segunda mitad del Setecientos y su memoria ha quedado definitivamente ligada en la ciudad de Cuenca a la notable biblioteca que logró reunir. Destinada en su testamento al Seminario de San Julián.
Fue hijo de Pedro Clemente de Aróstegui y Garrido y de Isabel Cañavate y Moragón. En La Jara fueron sus familiares regidores, alféreces, miembros laicos del Santo Oficio. En la capilla dedicada a Santo Tomás en el convento de San Francisco de la Jara se hallaba el enterramiento familiar.
En 1734 fue nombrado oidor de la Audiencia de Aragón con sede en Zaragoza y en 1739 alcalde del crimen, esto es, juez de apelaciones en materia penal, cargo que desempeñó en aquel tribunal hasta 1744. La fama intelectual y el indudable apoyo de la solidaridad colegial que sostendría el resto de su carrera le valdrían ser nombrado por Fernando VI en 1745 auditor representante de los reinos de Castilla y León en el tribunal de la Rota Romana, compuesta de doce jueces.
A fines de octubre de 1748, Alfonso recibe por fin las órdenes mayores y el papa, alegando sus méritos y el cordial trato y conversación con él mantenidos durante su misión diplomática, le otorga como cordial presente de despedida una canonjía en Cuenca, a la que acumularía seguidamente la dignidad de Abad de Santiago, título del párroco de la catedral.
Nombrado prelado doméstico del papa, cargo que nunca había ostentado un auditor rotal extranjero, volvió a España para incorporarse como supernumerario al Consejo de Castilla.
Al crearse la Academia de Bellas Artes de San Fernando en 1752 bajo la dirección del ministro José de Carvajal y Lancaster, don Alfonso fue nombrado viceprotector de ella. Cesó en esta función un año más tarde el 27 de abril de 1753, ostentándolo luego otra vez desde 28 de agosto de 1771 hasta su muerte ocurrida tres años después
Aquel mismo año de 1753 fue designado embajador de la corte madrileña ante el rey de Nápoles Carlos VII, más tarde Carlos III rey de España al suceder a su hermano Fernando VI, fallecido éste en 1759.
Falleció en Madrid el 2 de octubre de 1774.
Junto a la casa del Corregidor se encuentra la Casa-Palacio de los Clementes de Aróstegui del siglo XVII, edificio de interés cultural en la provincia de Cuenca
La Casa-Palacio de los Clemente de Aróstegui, localizada en Cuenca (España) fue edificada en el siglo XVII. Se trata de una construcción que se encuentra entre medianeras y es de planta irregular.
Tiene la fachada principal, de tres plantas, al número 87 de la calle Alfonso VIII, y la fachada trasera, de cinco plantas, a la Hoz del Huécar y a la calle de Santa Catalina. La fachada principal, de gran extensión, cuenta con impostas, alero, rejas en la primera planta, balcones, repartidos regularmente en vertical y en horizontal, y escudos nobiliarios. De estilo barroco, pintada en tonos rojizos. En su fachada principal hay dos escudos nobiliarios flanqueando uno de los balcones.
La fachada posterior presenta fenestración irregular y balcones, así como dos plantas de galería en uno de los cuerpos de edificación. Interiormente se distribuye con una escalera, coronada con una linterna octogonal sobre pechinas, con decoración rococó a base de elementos florales y angelotes.


jueves, 18 de agosto de 2022

ERMITA DE SAN JULIÁN EL TRANQUILO
 

SAN JULIÁN
San Julián de Cuenca (Burgos, 1128-Cuenca, 1208) es un santo de la Iglesia católica, doctor en teología y filosofía por la Universidad de Palencia donde fue profesor, segundo obispo de la diócesis de Cuenca (1198 - 1208).
Nacido de una noble familia burgalesa según tradición, o según la historiografía moderna, hijo de mozárabes toledanos con el nombre de Julián ben Tauro (Julián hijo de Tauro)  fue profesor nombrado de la Universidad palentina con sólo 24 años, con 35 años abandono la docencia y se retiró a su ciudad natal para preparar durante tres años su entrada en el sacerdocio. Después de veinte años de misionero por la zona de Córdoba, es nombrado arcediano de la catedral de Toledo. En 1198 fue obligado por el rey Alfonso VIII a aceptar el nombramiento como segundo obispo de la diócesis de Cuenca, cargo que ocupó hasta su muerte.
Fue enterrado en la catedral que estaba construyendo, y en tiempos de su canonización sus restos incorruptos se trasladaron a una arqueta de plata puesta en el altar de la capilla bajo su advocación, en un ábside de la Catedral de Santa María y San Julián de Cuenca, donde recibió veneración. Al comienzo de la guerra civil (1936), sus reliquias fueron profanadas por milicianos republicanos y su cuerpo, quemado. En la actualidad, en el mismo sitio donde se veneraba su cuerpo, se conservan los fragmentos óseos que el primer obispo entronizado después de la guerra, Inocencio Rodríguez Díez, mandó recoger y autentificar.
El 28 de enero es fiesta local en Cuenca en honor a San Julián, patrón de la ciudad, y durante 10 días del mes de agosto se celebran la ferias y fiestas de San Julián.
San Julián tenía por costumbre, retirarse a una cueva situada en el Cerro de la Majestad, lugar que el Santo llamaba "el lugar de mi tranquilo día" de donde recibe el nombre de "cueva de San Julián el Tranquilo". Con el agua que manaba de la cueva el Santo mojaba los mimbres para hacer unas cestillas, que luego repartía entre los pobres. En este lugar se eleva una pequeña ermita en honor a San Julián, en donde se puede oír misa los domingos a las 11 de la mañana, rodeada de una zona de recreo con  mesas. Se puede llegar subiendo por un empinado escalerón o por una agradable senda de preciosas vistas a la hoz del Júcar y parte antigua de Cuenca.

RUTA A LA ERMITA DE SAN JULIÁN EL TRANQUILO
La Ermita de San Julián El Tranquilo se encuentra en la Hoz del río Júcar, es el destino de una ruta muy conocida en Cuenca por la que encontrarás varios miradores desde los que disfrutar de Cuenca y su naturaleza.
La ruta comienza justo en la Iglesia de la Virgen de La Luz, patrona de Cuenca, para ir a visitar la ermita de San Julián, patrón de Cuenca y luego bajar haciendo un circulo hasta regresar al punto de partida.

Será  una ruta circular de unos 6 kilómetros, empezaremos desde una altitud de 923 metros sobre el nivel del mar y subiremos hasta 1035 metros. Es un paseo agradable donde nos encontraremos con unas vistas espectaculares a la ciudad de Cuenca y al entorno natural de la Hoz del Júcar, que será nuestra compañera de ruta desde el primer, hasta el final de este paseo.
El Júcar, a nuestra derecha, seguiremos andando por el paseo del Jucar hasta que nos encontremos con una caseta de madera, allí, cruzaremos la carretera, porque justo ahí avistaremos el cartel que advierte el comienzo de la subida a la ermita de San Julián el tranquilo.

San Julián, que fue el segundo obispo de Cuenca, solía subir por aquí con su sirviente a meditar y a confeccionar canastillas de mimbre para los más necesitados, a una gruta enclavada en la Hoz del Júcar. Luego en el emplazamiento de esta gruta se construyó un santuario, y luego después la ermita que podremos ver en la ruta.
El 28 de Enero de cada año, muchos conquenses suben a este maravilloso rincón a celebrar el día del Patrón de Cuenca.
Lo que también hay son miradores habilitados para contemplar el paisaje: El primero que  encontraremos nos va a dar una vista global del casco antiguo de la ciudad de Cuenca, con un panel explicativo. El segundo mirador preparado es el Mirador del Batán y un poco antes de llegar a la Ermita está el Mirador de Emiliano
Una vez pasado el Mirador de Emiliano, enseguida llegamos a la Ermita de San Julián. 
 
Una vez pasada la Ermita bajaremos por un camino hasta encontrarnos con unas escaleras labradas en la roca. Pronto nos encontraremos con el mirador de San Julián. Un poco más abajo el mirador de San Lesmes y al final la plaza de D. Rafael M. Rodrigo P.
Una vez bajadas las escaleras nos encontramos con la carretera que va hacia Cuenca, la cruzaremos y seguiremos el cauce del Júcar, hasta llegar otra vez a nuestro punto de partida.