martes, 23 de diciembre de 2014

LA CATEDRAL DE CUENCA


La Catedral fue el primer edificio que se construyó tras la reconquista y muestra, por tanto, todo el esplendor del poder eclesiástico. Comenzada a finales del siglo XII tuvo varias fases en su edificación, reformas, ampliaciones y variaciones que salpican su estilo, claramente gótico normando, con algunas reminiscencias románicas y aportaciones posteriores como el plateresco, cisterciense o barroco.
Su fachada neogótica es del siglo XX, 1902, que pretendía aprovechar y emular la original a partir de lo que quedaba tras el derrumbamiento de la torre Giraldo.
El 21 de septiembre de 1177, Alfonso VIII de Castilla conquista la ciudad de Cuenca y se constituye como sede episcopal en el año 1183.
Inspira la construcción de la Catedral, la esposa de Alfonso VIII, Leonor de Inglaterra o Planatagenet hija del rey Enrique II Plantagenet de Inglaterra y de Leonor de Aquitania, duquesa de Aquitania y hermana de Ricardo Corazón de León. Por su dote, Leonor de Inglaterra o Plantagenet, condesa de Gascuña, viene acompañada por caballeros normandos que serán los que ejercerán su influencia sobre la construcción de la catedral. En esta época, el estilo constructivo era el románico, pero la influencia normanda de la corte del rey Alfonso VIII decide la construcción de esta catedral, siendo la primera catedral gótica de Castilla, junto con la de Ávila. De estilo gótico ligado a los maestros de la Champaña francesa, las obras se iniciaron en el año 1196 y se concluyó en el año 1257. Sin embargo, como la mayoría de los edificios religiosos, ha sufrido transformaciones a lo largo de los siglos: en el siglo XV se reconstruyó la cabecera gótica, el exterior de la catedral se renovó casi por completo en el siglo XVI y en el siglo XVII se construyó la capilla del Sagrario y se reformaron la fachada y las torres, en un estilo barroco. En el siglo XVIII se construyó el nuevpo altar mayor y, ya a principios del siglo XX a causa de un derrumbe producido en 1902, se reconstruyó la fachada siguiendo el estilo original.
Inicialmente, se comenzó una cabecera más bien románica, con cinco ábsides escalonados, tramsepto y tres naves en el cuerpo principal. Las obras se desarrollaron en el siglo XIII en el que se construyó el triforio, con ventanales moldurados y decorados con estatuas de ángeles y un óculo superior. Las bóvedas son de crucería sexpartita.
En el siglo XV se reconstruyó la cabecera para abrir una doble girola de bellísima a factura. En cuanto al interior hay que señalar que en el siglo XVIII el cabildo de la Catedral reclamó los servicios del arquitecto Ventura Rodríguez para levantar un transparente. Rodríguez lo situó en un ambulatorio gótico, de forma que resplandeciera gracias a la iluminación posterior e indirecta, por cuyo medio se consiguen unos espectaculares efectos.
En el siglo XVIII se construyó el nuevo altar mayor, cuyas estatuas del retablo se deben al trabajo de Pasquale Bocciardo y, ya a principios del siglo XX, debido al derrumbe de la torre del Giraldo, de la fachada y de parte de la crucería, siguiendo referencias antiguas, se reconstruyó la fachada, obra neogótica de Vicente Lamperez, inspirándose en la fachada de la catedral de Reíns. El proyecto de Vicednte Lamperez era levantar dos altas agujas gemelas y completar los óculos ojivales del frente en el mismo estilo que las interiores. Sin embargo, debido a la oposición de varios arquitectos respecto a los peligros de introducir elementos extraños a los originales, estas obras no llegaron a terminarse puesto que tras las primeras alzadas quedaron suspendidas sin que se terminaran las torres laterales. No obstante, permanecen los planes de concluir la Catedral una vez se llegue a un criterio arquitectónico integral.
Las últimas intervenciones hasta el momento han sido completar las vidrieras desaparecidas con vitrales abstractos a inspiración de las ventanas abstractas intaladas en la Catedral de Colonia en Alemania, según diseños del pintor Fernando Zobel y más recientemente la restauración integral del claustro del siglo XVI.
Interior de la catedral de Cuenca
El interior de la catedral es, con mucho, lo más importante e interesante del templo.
Como en tantas catedrales españolas el coro se ubica en medio de la nave principal lo que impide una visión de conjunto del templo desde los pies.
La cabecera, primera parte de la construcción, sólo conserva de los siglos XII-XIII el ábside central, pues los laterales fueron eliminados en el siglo XV para construir una doble girola ya con la arquitectura y la estética propia del gótico final (bóvedas estrelladas) pero inspirada en la girola de la seo de Toledo.Esta girola de dos naves se construyó alternando tramos cuadrados y triangulares (no trapezoidales) como sucede el catedral de Toledo. Los pilares llevan multitud de finísimas columnillas sin apenas capitel que se prolongan en innumerables nervios para formar la citada bóveda estrellada.
Esta alteración hace mucho más espacioso el templo creando una cabecera hipertrofiada en comparación con la moderada superficie de las naves.
Mucho más interesante es el ábside central que se ha conservado. Tiene planta poligonal de siete lados y muestra un alzado con un primer piso de arcos muy apuntados (característica de toda la iglesia) con un segundo nivel de claristorio con ventanales de medio punto. El abovedamiento de esta capilla se lleva a cabo con sexpartitas, típica cubrición del primer gótico.
Los apoyos de los nervios son grandes pilares cilíndricos encapitelados y otros mucho más estrechos fasciculados con columnillas. Esta alternancia de apoyos y que ha extrañado a muchos es consecuencia de que en las bóvedas sexpartitas el apoyo que recibe el arco perpiaño soporta menos peso que los que recogen los cruceros por lo que es normal que sean más anchos.
A partir de este punto, las bóvedas se convierten e cuatripartitas, adquiriendo una tipología más clásica.
Hay que citar que los arcos empleados en la obra inicial de los siglos XII y XIII son muy apuntados (de cuatro centros) y que llevan decoración zigzagueada típica de la arquitectura atlántica aunque también muy presente en el tardorrománico español. Por su parte los capiteles son vegetales con cestas bastante limpias y crochets y cogollos muy salientes.
Otra de las características más curiosas y mencionadas de la catedral de Cuenca es, precisamente, el alzado de esta nave central. El primer nivel es el de los arcos formeros como es preceptivo. Más arriba parece que se tuvo que improvisar la "fusión" del nivel del triforio y el claristorio, de tal manera que si bien se abrieron óculos circulares en el muro para dejar entrar la luz, delante se creó una grácil estructura de doble arco trilobulado, tracería circular envuelta por otro arco apuntado. Esta extraña estructura parece ser una solución de compromiso entre un triforio convencional pero que al mismo tiempo fuera piso de ventanas y ambas estructuras no debían molestarse la una a la otra.
La Catedral de Cuenca es uno de los grandes templos góticos de Castilla. Se levanta sobre lo que fue una antigua mezquita. La ciudad de Cuenca fue conquistada por Alfonso VIII el 21 de Septiembre del año 1177 y según cuentan las crónicas de la época éste monarca decidió inmediatamente edificar un templo cristiano terminando su construcción pocos años más tarde.
Alfonso VIII aprovechó para trasladar a la ciudad el obispado de Valeria y Arcas .En el año 1196, San Julián, segundo obispo de Cuenca, consagró la catedral y la dedicó a la Asunción de la Virgen, cuando sólo se hallaba construida la cabecera. En el año 1208 ya se habían realizado una parte importante de las obras pues se pudo consagrar el altar mayor. En el año 1257 se concluyeron gran parte de las estructuras y se edificó el palacio episcopal. Lo trabajo continuaron durante todo el siglo XIII. En el año 1448 se modificó su cabecera, levantándose una girola similar a la de Toledo.
De lo que fue la catedral primitiva a lo que se puede contemplar hoy en día existe una gran diferencia. La época en la que se introdujeron mayores modificaciones fue en pleno siglo XV.
Las modificaciones tanto en el interior como en el exterior han variado substancialmente su arquitectura original.
En los siglos XVI y XVII se efectuaron varios trabajos en la fachada y se construyeron variaas capillas y el claustro. En el siglo XVIII se realizaron reformas en el ábside, pilares y en la decoración interior. En el año 1902, se produjo el desplome de la torre de Giraldo que provocó enormes destrozos en la fachada por lo que hubo que reconstruirla, en estilo neogótico, según proyecto de Vicente Lámperez.
La catedral es de planta de cruz latina y dispone de tres naves con una amplia cabecera que termina en un ábside poligonal provisto de siete lados y flanqueado por dos naves a cada costado que sirven de ingreso a la girola, realizada en 1448. Justo en el crucero se levanta una bóveda central.
Este templo de planta clásica está cubierto por bóvedas sexpartitas que arrancan de un haz de pequeñas columnas. La nave central se separa de las laterales por medio de grandes arcos apuntados que apoyan sobre macizos pilares de distinto grosor. Su triforio es único en España, producto de la influencia anglonormanda y más que su función ornamental destaca su solución original para contrarrestar el empuje de las bóvedas.
LA TORRE DEL ANGEL
Sobre el crucero de la catedral se alza la Torre del Ángel. Su aspecto exterior le otorga en apariencia una forma cuadrada aunque en su interior sólo lo es su parte inferior, ya que su parte superior es octogonal. Sobre el octógono se levantó un elevado tejado piramidal.
EL TRIFOTIO
El triforio de la Catedral de Cuenca es un falso triforio, pues su nave se ha reducido a un estrecho pasillo y su galería se ha fundido con las ventanas altas.
LA CAPILLA DEL PILAR
Esta capilla fue fundada en el año 1769 por el canónigo Diego Lujando y el cabildo. Posee un altar de madera policromada que imita el mármol y el jaspe, obra de José Martín de Aldehuela. La reja es del siglo XVII.
En la bóveda de la linterna se encuentra pintado al fresco la Coronación de la Virgen. En su interior se conserva el enterramiento del obispo Wenceslao de Sangüesa.
LA CAPILLA DE LOS APOSTOLES
Fue fundada en el siglo XVI por el chantre García de Villarreal. La obra de la capilla se inició en 1528 a cargo de Antonio Flórez y Juan de Albiz. La portada se organiza dentro del más puro estilo renacentista. Su pórtico de entrada es de estilo plateresco. El altar principal dispone de un retablo central con esculturas de talla policromada y pinturas, del siglo XVI. El altar de la izquierda fue trazado por José Martín de Aldehuela, mientras que la reja del comulgatorio es de Alonso Beltrán.
LA CAPILLA DE SAN ANTOLÍN
Fue realizada a comienzos del siglo XVI y está ubicada en el ángulo de la nave con el crucero. Dispone de pila bautismal emplazada en el centro, también realizada en el siglo XVI. En un altar aparecen las pinturas del artista Cristóbal García de Salmerón, natural de Cuenca.
EL CORO
En mitad de la nave central o de los Reyes se halla el coro que fue trasladado de su anterior emplazamiento en el siglo XVIII. La antigua sillería gótica fue trasladada a Belmonte mientras que la actual es obra de Vicente Sevilla. Destacan los 53 relieves con imágenes de santos en madera de nogal. Del coro anterior se conserva la escultura en alabastro de la Virgen, obra de Giraldo de Flugo y la reja, obra de Hernando de Arenas, de mediados del siglo XVI. En el trascoro existe un altar plateresco, obra de Jamete y un cuadro de Martín Gómez.
LA CAPILLA DEL OBISPO
Sirve de residencia particular del prelado y fue fundada por el cardenal y obispo de Cuenca Jacobo de Veneris a finales del siglo XV. Dispone de una hermosa reja de mediados del siglo XVI, en la que se representa el bautismo de Cristo, obra de Sancho Muñoz. El altar es de madera y alabastro policromados, obra de Villadiego. Las pinturas del retablo del altar mayor están dedicadas a San Julián, patrón de la ciudad. El altar de Santa Ana dispone de un retablo realizado en el siglo XVII y procede de la ermita de Santa Ana.
LA CAPILLA DE SAN MARTÍN
Fue fundada por el canónigo Martín de Huélamo a mediados del siglo XVI. Dispone de una reja forjada, obra de Hernando de Arenas y realizada en 1548. El altar del Ángel de la Guardia se circunscribe al estilo barroco y dispone de un Calvario realizado a finales del siglo XV y principios del siglo XVI, sobre una viga tallada con motivos platerescos. Justo en el chaflán del muro se encuentra el altar de la Inmaculada. Frente a estos dos altares se encuentra el retablo de San Fabián y San Sebastián, obra de Juan y Miguel Hernández, en madera policromada y con una variada iconografía.
LA CAPILLA DE NUESTRA SEÑORA DEL SAGRARIO
Fue fundada por el cabildo en el año 1629 y realizada por el arquitecto Alberto de la Madre de Dios que la concibió con planta de cruz latina y cúpula con lucernario en el crucero, de estilo herreriano.
LA SACRISTIA MAYOR
Es de estilo gótico ojival e encuentra emplazada detrás de un lienzo muy amplio del muro en el que se hallan los enterramientos de dos obispos. Las obras finalizaron en el año 1509. Destacan los nervios de sus majestuosas bóvedas. Ventura Rodríguez fue el diseñador de la misma. Existen también varios cuadros del siglo XVII realizados por Bocanegra y Sebastián Conca, que representan a los doctores de la Iglesia occidental. Aldehuela ejecutó el retablo tal como lo conocemos hoy.
LA SALA CAPITULAR
Fue construida a principios del siglo XVI. En su interior se encuentran obras pictóricas de Andrés de Vargas. El artesonado de la sala es de estilo renacentista con tintes del primer plateresco. Se encuentra separada de la catedral por un pequeño recinto que estuvo abierto hasta el siglo XVIII. En la segunda mitad del siglo XVIII se le añadió la pintura que hoy la recubre, de clara influencia francesa. Los doce apóstoles de los laterales fueron pintados por García Salmerón en 1649 para la Sala de los Reyes, trasladadas a la Sala Capitular en el año 1779.
LA CAPILLA DE SANTA ELENA
Fue fundada por el canónigo Constantino del Castillo. La portada de piedra es del siglo XVI y se atribuye a Jamete y su reja es del año 1572, obra de Hernando de Arenas.
LA CAPILLA DEL CORAZÓN DE JESÚS O CAPILLA HONDA
La actual construcción data de principios del siglo XVI aunque todavía conserva unas magníficas puertas mudéjares realizadas entre los siglos XII y XIII. El artesonado que recubre la sala es similar al de la Sala Capitular, pues utiliza el mismo repertorio decorativo. En el altar se encuentran dos tablas del siglo XVI y una copia de la tabla del Salvador, de Gossaert. Del retablo de María Auxiliadora resalta la pintura de la Virgen de la Leche que data del 1600 y que se conserva en el remate.
LA CAPILLA DEL SOCORRO
Fue fundada en 1486 por el canónigo Gonzalo González de Cañamares y reformada en el siglo XIX. En la actualidad conserva sus tres retablos, el de Nuestra Señora del Socorro, el de San Antonio de Padua y el de Santa María.
LA CAPILLA DE LA ASUNCIÓN
Fue fundada en el año 1511. Dispone de una magnífica reja, sobre todo en el montante, obra de Hernando de Arenas y realizada en el año 1571. En su altar principal figura el retablo de la Asunción de la Virgen, obra de Martín Gómez, de finales del siglo XVI.
LA CAPILLA DE SANTIAGO
La capilla fue fundada por el obispo Álvaro Martínez, maestro y consejero de Enrique III. Dispone de varias rejas, la del comulgatorio y del coro son del siglo XVI y la de la entrada es del siglo XVII. El retablo principal es obra de Martín Gómez el Viejo y data de 1547. Existe un retablo menor que combina la talla de Cristo con imágenes de la Virgen y santos pintados al óleo, de finales del siglo XVI.
LA CAPILLA DE LOS CABALLEROS
Fue fundada por García Álvarez de Albornoz y su esposa Teresa de Luna, en el siglo XIII y fue restaurada entre los años 1520 y 1531. La capilla es obra de Antonio Flores. De la anterior capilla se conserva la lápida de Dña. Teresa de Luna y varios sepulcros con estatuas yacentes de alabastro, del padre y el hermano del cardenal García Álvarez de Albornoz y Alvar García de Albornoz, realizados en el siglo XVI.
LA CAPILLA MUÑOZ
Fue fundada en el siglo XVI por el canónigo Eustaquio Muñoz. Dispone de una de las más bellas portadas de piedra de la catedral, obra atribuida a Diego de Tiedra. Las esculturas representan a San Juan Bautista y San Jerónimo, San Roque y la Virgen con el niño y un San Rafael añadido a la obra a finales del siglo XV.
EL ARCO DE JANETE
El Arco de Jamete es de estilo renacentista con las influencias del primer plateresco. Es una monumental puerta por la que se accede al claustro y está considerada una de las joyas de la catedral y quizá la más monumental de todo el renacimiento español en un interior. La obra fue encargada por el obispo Sebastián Ramírez de Fuenleal a Esteban Jamete de Orleans.
LA CAPILLA MAYOR
Dispone de tres rejas. La mayor de ellas fue realizada a principios del siglo XVI por Juan Francés y está situada en el Altar Mayor. Es la más monumental de las rejas que contiene esta catedral. Las otras dos rejas laterales fueron realizadas por Rafael Amezúa, en Vizcaya en el año 1740. Su altar mayor es de bronce y mármol, según proyecto de Ventura Rodríguez en la segunda mitad del siglo XVIII..
LA CAPILLA DE COVARRUBIAS
Fue fundada en 1611 por el canónigo Sebastián de Covarrubias Orozco. La construcción se inició en 1613 por Alejandro Scala en el estilo escurialense.
LA CAPILLA DE LOS PESO
Fue fundada en 1524 por el canónigo Alonso Hernández del Peso. La reja fue realizada por Esteban Lemosín y considerada como una de las más hermosas de la catedral. El retablo que representa en su escena central “La Adoración de los Pastores” es obra de Yáñez de la Almedina.
LA CAPILLA NUEVA DE SAN JULIÁN
El Altar de San Julián, también llamado Transparente fue proyectado por Ventura Rodríguez a mediados del siglo XVIII. El altar está realizado en mármol, jaspe y bronce, con medallones en alto relieve y estatuas alegóricas, obra de Francisco Vergara, de la segunda mitad del siglo XVIII, barrocas.
LA CAPILLA DE POZO O DE SAN ROQUE
Fue fundada por el canónigo Juan del Pozo en 1503, en el lugar contiguo del Transparente y trasladada a su emplazamiento actual en el siglo XVIII..
LA CAPILLA BARBA
Fue fundada en el año 1967 por el arcipreste de la catedral Antonio Barba. Se atribuye su realización a Andrés de Vandelvira. La reja fue obra de Hernando de Arenas. El retablo se realizó en 1569 y se restauró en 1795. Contiene pinturas de Andrés de Vargas en una escena del mismo.
LA CAPILLA VIEJA DE SAN JULIÁN
Está situada al lado de la epístola y dispone de una reja realizada por Alonso Beltrán. 
LA CAPILLA DE SANTA CATALINA
Está situada junto al denominado arco de Jamete. Fue construida a mediados del siglo XV y modificada a principios del siglo XVI. Existe en su interior un retablo con el martirio de la santa y un calvario tallado por Diego de Segovia, en la segunda mitad del siglo XVI.
LA CAPILLA DE SAN BARTOLOMÉ
Fue fundada por el canónigo Ruy Gómez de Anaya a finales del siglo XV. En ella se encuentra un magnífico retablo llamado del Cristo de los Sacristanes de mediados del siglo XVI.
LA CAPILLA DE SANTA BÁRBARA
Fue fundada a principios del siglo XVIII por el canónigo Tomás de Momeñe.
Exterior de la catedral
No es mucho lo que se aprecia de la catedral de Cuenca en su vertiente exterior ya que se encuentra agobiada por distintas construcciones, además de haber sufrido bastantes transformaciones.
Lo más notorio es la gran fachada principal neogótica construida por Vicente Lampérez a comienzos de siglo XX (1910). Esta fachada había llegado a comienzos del siglo XX con elementos originales de época gótica y otros barrocos del siglo XVIII. Sea como fuera, en 1902 se derrumbó la torre del Giraldo y se llevó por delante parte de esta fachada. Así surgió el proyecto para realizar un nuevo cerramiento de las naves. Lampérez se ocupó de la obra que también quedó inacabada, extremo que se aprecia en las torres inconclusas y en una serie de motivos ornamentales no rematados completamente. Esta espectacular fachada, según su autor, pretendió reproducir la original. Tiene tres puertas de arco apuntado y por encima un piso con arcos apuntados y en medio un rosetón que imita completamente el del hastial norte del transepto. El remate está protagonizado por una galería porticada.
Otro elemento importante que se aprecia es el aspecto exterior de la Torre del Ángel que muestra en el exterior dos cuerpos superpuestos. El primero se anima con un ventanal bíforo en cada cara con su respectivo mainel con columnilla. El piso superior muestra cuatro arcos apuntados muy rasgados en cada una de las caras.
De las naves, lo que mejor se puede contemplar son los muros correspondientes a los tramos de los pies del muro norte.
Los ventanales de las naves laterales son óculos circulares con tracerías polilobuladas. Por su parte los vanos de la nave central también son circulares y no tienen tracerías. Éstos últimos solo llevan una especia de guardapolvos de arco ojival con decoración floran y rostros humanos en sus arranques. Entre medias se aprecia perfectamente la estructura de arbotantes.




  
 








 



 


















 


 








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