miércoles, 29 de julio de 2015

ABADIA DE JÁBAGA


En 1972, como consecuencia de la política de concentración municipal, nace Fuentenava de Jábaga de la unión de los ayuntamientos de Jábaga, Navalón, Villar del Saz de Navalón, Sotoca y Fuentesclaras con Jábaga como cabeza del municipio ubicado al noroeste de la capital, Cuenca, en las estribaciones de la Sierra de Cabrejas.
Lo que hoy es Fuentenava de Jábaga, fue zona de paso a través de la calzada romana que unía Segóbriga con Ercávica y que, siglos más tarde, cobraría mayor importancia al ser la ruta del cacao desde Sevilla al Monasterio de Piedra y al utilizarse, igualmente, como ruta jacobea en el siglo XIII desde Uclés. Un territorio, pues, que hunde sus raíces en el periodo de la repoblación y que nos deja restos del siglo XII en la iglesia parroquial de Jábaga, señal de una relativa prosperidad por su cercanía a Cuenca aunque, sus habitantes, de forma genérica, formen parte de una sociedad eminentemente campesina condicionada por una climatología adversa que hacen de la ganadería y de la agricultura sus formas de vida.
Jábaga es una población perteneciente a la comarca de la Serranía Media – Baja de la provincia de Cuenca. Está a 19 kilómetros de la capital. Esta pequeña población debe su nombre al término árabe “Yabal”, que significa monte, pasando a significar el topónimo lugar espeso de monte.
Abadía de Jábaga, mucho más que una fábrica de chocolate artesano.
En el municipio conquense de Jábaga ha abierto sus puertas una fábrica de chocolate. Se llama “Abadía de Jábaga”. No se trata únicamente de un museo, sino que este moderno edificio —que asemeja a una abadía de cruz latina—, lo conforman también un obrador principal, una tienda-exposición y un auditorio en donde un impresionante órgano creado por los hermanos Desmottes (y decorado con pinturas del conocido artista Jesús Mateo) convierten su impresionante sala en una fabulosa opción para escuchar conciertos o celebrar algún evento.
Elaboran piezas de manera artesanal únicas, con marcas propias, que venden también a través de su página web por internet. No solo tienen en su catálogo chocolates y repostería, su propuesta incluye ropa y complementos con la marca “Abadía de Jábaga”, además de cosmética y colonias con las propiedades más beneficiosas del cacao. No se olvidan tampoco de los licores y el vino propios.
La firma posee, además, un centro de formación con cursos que van desde la iniciación al chocolate hasta masters avanzados impartidos por expertos chocolateros internacionales.
El Proyecto de Abadía de Jábaga se desarrollará en varias fases, aunque su puesta en marcha ha requerido más de una década de investigación porque Abadía de Jábaga es mucho más que una fábrica de chocolate. Será también un punto de referencia para el turismo en la zona, se quiere poner en marcha un alojamiento con SPA (en el que se aprovecharán todas las propiedades del chocolate) y un restaurante, todo ello complementado con actividades, eventos y visitas al museo del edificio.
En la Abadía de Jábaga se disfruta de una experiencia azucarada en todos los sentidos, un cúmulo de sensaciones y tentaciones no solamente para los golosos o para los «chocoadictos», sino para los que disfrutan con la excepcionalidad de lo bien hecho y las increíbles historias que rodean a este manjar. 
 


LOS VALDECOLMENAS

Los Valdecolmenas es un municipio formado por la unión de dos pueblos muy cercanos: Valdecolmenas de Arriba y Valdecolmenas de Abajo. Situado en la Alcarria conquense, disfruta de unas vistas al valle del río Mayor inmejorables.
El nombre de Valdecolmenas es una trasformación de "Valle de las Colmenas", que era el original.
Resulta sumamente curioso que el pueblo que se denomina "Valdecolmenas de Abajo" se encuentre situado a mayor altura que el denominado "Valdecolmenas de Arriba". El origen de esta denominación anómala se remonta a la Edad Media, cuando se asignaron los nombres basándose (aparentemente) en su posición con respecto al curso del río Mayor, que recorre el valle.


VALDECOLMENAS DE ARRIBA
Están, ambos, en Tierra de Huete. Se han encontrado restos de la Edad del Bronce e ibéricos en el poblado del Castillo.
Así se describe a Valdecolmenas de Arriba en el tomo XV del Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones de Ultramar, obra impulsada por Pascual Madoz a mediados del siglo XIX:
Villa con ayuntamiento en la provincia, diócesis y partido judicial de Cuenca (5 leguas), audiencia territorial de Albacete (20), y capitanía general de Castilla la Nueva (Madrid 20). Situada en el hondo de una vega, y rodeada de riscos; clima algo frío, bien ventilado y propenso a enfermedades. Consta de 50 casas de mala construcción, distribuidas en calles limpias; la escuela de primeras letras está dotada con 6 fanegas de trigo; para surtido del vecindario hay una fuente a corta distancia de la población; la iglesia parroquial, bajo la advocación de Nuestra Señora de la Asunción, está servida por un cura de entrada y de provisión ordinaria. El término confina con el de Valdecolmenas de Abajo, Villar del Horno, Villarejo de la Peñuela y Villar del Maestre. El terreno es quebrado y medianamente productivo, y en especial la parte de vega, la cual riega un pequeño arroyo. Los caminos son locales y en mal estado. Producciones: trigo, cebada, centeno, avena, mucha hortaliza, vino y frutas; hay caza de liebres, perdices y conejos. Industria: la agrícola y un alambique. Comercio: la venta del sobrante de sus productos y la importación de algunos artículos de consumo diario. Población: 44 vecinos, 175 almas. Capital productivo: 609.840 reales. Imponible: 30.492. El presupuesto municipal asciende a 600 reales, y se cubre con los arbitrios de puestos públicos y demás.

PODEMOS VISITAR
La iglesia Parroquial Nuestra Señora de la Asunción.- En ella trabajaron los maestros de cantería, Francisco Ruiz y Manuel de Soria. Su  traza interior es de transición al gótico. Destacan la Capilla Mayor, su sacristía con esa singular ventana, las tablas de su interior y la pila bautismal románica. Luego, su Cruz restaurada, su iglesia bien remozada. 

VALDECOLMENAS DE ABAJO
Situado a media loma de uno de los Altos de Cabrejas, posee magníficas vistas de la vega del río Mayor. El conjunto urbano dispone de algunos espacios de calidad ambiental, tales como la plaza-atrio de la iglesia en la que hay dos niveles y en cuyo centro hay una hermosa pila bautismal románica, así como la Plazuela de la Fuentecilla que se encuentra al lado de la ermita y que cuenta con fuente, abrevadero y lavadero. La singularidad de la calidad constructiva, el pintoresco ambiente de sus plazuelas, callejas y parajes, así como su adaptación al entorno natural hacen de este conjunto un ejemplo destacado entre los de la comarca. La Parroquial de la Asunción es el resultado de una ampliación efectuada en el s. XVII y finalizada en el XVIII. Su Retablo Mayor de tres cuerpos es de estilo barroco churrigueresco. Otras construcciones singulares que posee el pueblo son la Ermita de la Soledad, la Casa del Curato, el puente y el molino (ambos de origen medieval) y situados en el valle del río Mayor y camino de Villar del Maestre.
Podemos visitar.
Iglesia Parroquial de la Asunción.- Iglesia con portada de dos cuerpos superpuestos y remate de frontón semicircular. En el primero hay dos pilastras a cada lado que enmarcan la puerta con arco de medio punto. Tiene otras dos pilastras sobre el cornisamiento, que sostienen el frontón semicircular; y entre ellas una hornacina con la imagen de la Asunción, del s. XVIII. En lo más alto del frontón, hay una cruz de piedra como remate, y pináculos de bolas a los lados. La torre adosada a los pies es de tres cuerpos, de los cuales el campanario está doblemente apilastrado en el centro de cada lado. El interior es de tres naves de igual altura. La nave central está cubierta con bóvedas de arista soportadas por pilastras con cornisa Y en la Capilla Mayor, bóveda de cañón. Su Retablo Mayor de tres cuerpos es de estilo barroco churrigueresco.

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 Plazuela de la Fuentecilla.- Se encuentra al lado de la ermita y que cuenta con fuente, abrevadero y lavadero.

Ermita de la Soledad.- La fachada del piecero es de piedra; hay un arco de medio punto con dovelas almohadilladas; y en la clave, corona. La ermita es de una sola nave dividida en cuatro tramos por pilastras con entablamento corrido. La bóveda del centro es de media naranja sobre pechinas; el resto de arista.
 
  
La plaza-atrio de la iglesa, en cuyo centro se encuentra una pila bautismal románica. 

Llévate una bella panorámica del pueblo desde su puente medieval, de un solo ojo, o de su molino cercano que conserva parte de la maquinaria. En la calle de la Soledad también se puede visitar la casa del Curato, de los siglos XVII y XVIII.